Nuevamente llegaba tarde por un nuevo trabajito de la Black Lagoon. ¡Carajo! ¡Ni que tuviese que ver con un estúpido asesinato o algo peor! Y no le había ido muy bien, sinceramente. El cliente había resultado un puto chasco y no estaba muy de humor, así que, se apoyaría en uno de los muros junto al patio, justo al atravesar la entreabierta puerta que daría acceso a los territorios del Instituto donde, al menos, le dejaban asistir, al entrar corriendo como alma que llevara el diablo, encendiéndose ...
Trending Articles
More Pages to Explore .....